La República romana fue un periodo de la historia de Roma caracterizado por el régimen republicano como forma de gobierno, que se extiende desde el 509 a. C., cuando se puso fin a la monarquía con la expulsión del último rey, Lucio Tarquino el Soberbio, hasta el 27 a. C., fecha en que tuvo su inicio el Imperio. La República Romana consolidó su poder en el centro de Italia durante elsiglo V a. C. y en los siglos IV y III a. C. se impuso como potencia dominante de la península Itálica sometiendo a los demás pueblos de la región y enfrentándose a las polis griegas del sur. En la segunda mitad del siglo III a. C. proyectó su poder fuera de Italia, lo que la llevó a una serie de enfrentamientos con las otras grandes potencias del Mediterráneo, en los que derrotó a Cartago y Macedonia, anexionándose sus territorios.
En los años siguientes, siendo ya la mayor potencia del Mediterráneo, expandió su poder sobre las polis griegas; el reino de Pérgamo fue incorporado a la República y en el siglo I a. C. conquistó las costas de Oriente Próximo, entonces en poder del Imperio Seléucida y piratas. Durante el periodo que abarca el final del siglo II a. C. y el siglo I a. C., Roma experimentó grandes cambios políticos, provocados por una crisis consecuencia de un sistema acostumbrado a dirigir sólo a los romanos y no adecuado para controlar un gran imperio. En este tiempo se intensificó la competencia por las magistraturas entre la aristocracia romana, creando irreconciliables fracturas políticas que sacudirían a la República con tres grandes guerras civiles; estas guerras terminarían destruyendo la República, y desembocando en una nueva etapa de la historia de Roma: el Imperio Romano.
La Sociedad Romana de la República:
La nueva aristocracia romana estaba formada por la antigua aristocracia patricia y los nuevos ciudadanos ricos, en oposición a la mayoría de los plebeyos y a algunos patricios empobrecidos.
Aunque en su origen, los plebeyos estaban bajo el dominio de los patricios, pero tras la caída de la monarquía, éstos obtuvieron mejoras de forma progresiva. Se creo el cargo de tribuno de la plebe y la plebe urbana, élite que se había enriquecido con el comercio, arrebató a los patricios el acceso a las magistraturas y al cargo de Máximo Pontífice y augures. Las reuniones de la plebe, los concilia plebis, fueron el origen de los comicios tribunados, válidos para legislar por plebiscitos.
En el siglo III a. C. disminuyeron las diferencias entre los patricios y jefes de los plebeyos, y se agruparon en una aristocracia dirigente, la nobilitas. Con la rápida reducción del efectivo de los patricios, el término plebe tendió desde entonces a designar a las masas populares.
Los esclavos eran considerados como un instrumento económico que podía ser vendido y comprado y que se hallaba bajo la dependencia de un dueño. Procedían mayoritariamente de pueblos sometidos por la República y, durante el siglo I a. C., se convirtieron en el estracto social más numeroso de Roma; siglo en el que protagonizaron las Guerras Serviles.
En los años siguientes, siendo ya la mayor potencia del Mediterráneo, expandió su poder sobre las polis griegas; el reino de Pérgamo fue incorporado a la República y en el siglo I a. C. conquistó las costas de Oriente Próximo, entonces en poder del Imperio Seléucida y piratas. Durante el periodo que abarca el final del siglo II a. C. y el siglo I a. C., Roma experimentó grandes cambios políticos, provocados por una crisis consecuencia de un sistema acostumbrado a dirigir sólo a los romanos y no adecuado para controlar un gran imperio. En este tiempo se intensificó la competencia por las magistraturas entre la aristocracia romana, creando irreconciliables fracturas políticas que sacudirían a la República con tres grandes guerras civiles; estas guerras terminarían destruyendo la República, y desembocando en una nueva etapa de la historia de Roma: el Imperio Romano.
La Sociedad Romana de la República:
La nueva aristocracia romana estaba formada por la antigua aristocracia patricia y los nuevos ciudadanos ricos, en oposición a la mayoría de los plebeyos y a algunos patricios empobrecidos.
Aunque en su origen, los plebeyos estaban bajo el dominio de los patricios, pero tras la caída de la monarquía, éstos obtuvieron mejoras de forma progresiva. Se creo el cargo de tribuno de la plebe y la plebe urbana, élite que se había enriquecido con el comercio, arrebató a los patricios el acceso a las magistraturas y al cargo de Máximo Pontífice y augures. Las reuniones de la plebe, los concilia plebis, fueron el origen de los comicios tribunados, válidos para legislar por plebiscitos.
En el siglo III a. C. disminuyeron las diferencias entre los patricios y jefes de los plebeyos, y se agruparon en una aristocracia dirigente, la nobilitas. Con la rápida reducción del efectivo de los patricios, el término plebe tendió desde entonces a designar a las masas populares.
Los esclavos eran considerados como un instrumento económico que podía ser vendido y comprado y que se hallaba bajo la dependencia de un dueño. Procedían mayoritariamente de pueblos sometidos por la República y, durante el siglo I a. C., se convirtieron en el estracto social más numeroso de Roma; siglo en el que protagonizaron las Guerras Serviles.
PERSONAJES DESTACADOS DE LA REPÚBLICA ROMANA:
- Cayo Julio César: Militar y político cuya dictadura puso fin a la República en Roma (Roma, 100 - 44 a. C.). Procedente de una de las más antiguas familias del patriciado romano, los Julios.
Julio César empezó muy pronto a acercarse al partido político «popular». Se ganó el apoyo de la plebe subvencionando fiestas y obras públicas. Y fue acrecentando su prestigio en los diferentes cargos que ocupó: cuestor, edil, gran pontífice, pretor y propretor de la Hispania
Ulterior.
De regreso a Roma, Julio César consiguió un gran éxito político al reconciliar a los dos líderes rivales, Craso y Pompeyo, a los que unió consigo mismo mediante un acuerdo privado para repartirse el poder formando un triunvirato.
Al año siguiente, César fue elegido cónsul, y las medidas que adoptó vinieron a acrecentar su popularidad: repartió lotes de tierra entre, aumentó los controles sobre los gobernadores provinciales y dio publicidad a las discusiones del Senado.
El triunvirato fue fortalecido por el Convenio de Luca , que aseguraba ventajas para cada uno de sus componentes; pero respondía a un equilibrio inestable, que habría de evolucionar hacia la concentración del poder en una sola mano. Craso murió durante una expedición contra los partos y la rivalidad entre César y Pompeyo no encontró freno.
Entretanto, César se había lanzado a la conquista del resto de las Galias, que no sólo completó, sino que aseguró lanzando dos expediciones a Britania y otras dos a Germania,. Con ello llegó a dominar un vasto territorio, que aportaba a Roma una obra comparable a la de Pompeyo en Oriente.
El prestigio y el poder alcanzados por César preocuparon a Pompeyo, elegido cónsul único en Roma en medio de una situación de caos por las luchas entre mercenarios. Conminado por el Senado a licenciar sus tropas, César prefirió enfrentarse a Pompeyo, a quien el Senado había confiado la defensa de la República como última esperanza de salvaguardar el orden oligárquico tradicional.
Tras pasar el río Rubicón, César inició una guerra civil de tres años (49-46) en la que resultó victorioso: conquistó primero Roma e Italia; luego invadió Hispania; y finalmente se dirigió a Oriente, en donde se había refugiado Pompeyo. Persiguiendo a éste, llegó a Egipto, en donde aprovechó para intervenir en una disputa sucesoria de la familia faraónica, tomando partido en favor de Cleopatra («Guerra Alejandrina», 48-47).
Asesinado Pompeyo en Egipto, César prosiguió la lucha contra sus partidarios. Vencedor en tan larga guerra civil, César acalló a los descontentos repartiendo dádivas y recompensas durante las celebraciones.
Una vez dueño de la situación, César acumuló cargos y honores que fortalecieran su poder personal: cónsul por diez años, prefecto de las costumbres, jefe supremo del ejército, pontífice máximo (sumo sacerdote), dictador perpetuo y emperador con derecho de transmisión hereditaria. Estableció así una dictadura militar disimulada por la apariencia de acumulación de magistraturas civiles.
Julio César murió asesinado en una conjura dirigida por Casio y Bruto (15 de Marzo de 44 a.C.), que le impidió completar sus reformas.
- Cayo Sempronio Graco: Cayo Graco recibió una esmerada educación bajo la influencia de su madre y el griego Menelao de Marathe, destacando sobre todo por sus cualidades oratorias.
Inició su carrera política sirviendo como Tribunus Militum en el 134-132 a. C., durante la Guerra contra Numancia, a las órdenes de su pariente, y más tarde enemigo, Publio Cornelio Escipión Emiliano, al tiempo que su hermano Tiberio. Sempronio Graco desempeñaba el puesto de Tribuno de la Plebe, desarrollando las medidas de reforma agraria. Durante el asedió de Numancia, su hermano lo llamó para formar parte de la comisión de reparto de tierras. Así, en el año 133 a. C. fue elegido miembro de la comisión agraria. Ese mismo año Tiberio moría. A los 22 años, Cayo Sempronio Graco se convirtió en heredero político de su hermano y propietario del inmenso pa
trimonio de los Gracos.
Defendió públicamente a Vetio en relación con las persecuciones de los partidarios de su hermano Tiberio (132 a. C.), apoyando poco después el proyecto del tribuno Papirio Carbón.
Cayo fue nombrado cuestor del cónsul Lucio Aurelio Orestes en Cerdeña en el 126 a. C., isla en la que permanecería como procuestor en 125-124 a. C. Las acusaciones - formuladas contra él por la oposición senatorial-, resultaron completamente inútiles. En 123 a. C. fue elegido Tribuno de la Plebe y continuó los proyectos políticos que Tiberio no pudo llevar a cabo, introduciendo algunas reformas agrarias.
Entre sus primeros proyectos de ley destacan:
- La lex ab actis por la cual un magistrado destituido por el pueblo quedaba excluido para investir cualquier otra magistratura, en un intento de mejorar las condiciones de la acción tribunicia contra la voluntad de la mayoría senatorial.
- La lex de capite civis propuso llevar a juicio a quien hubiese hecho ajusticiar a ciudadanos sin habérseles permitido apelar al pueblo (el caso de su hermano).
- La lex ne quis iudicío circunveniatur, muy relacionada con la anterior, preveía el encarcelamiento de todo magistrado que interfiriese para lograr la condena de un inocente.
Pero sus tres grandes leyes, votadas en el 122 a. C. fueron sin duda la ley agraria, por la que se volvía a dotar a la comisión triunviral de sus poderes, la ley frumentaria que obligaba al Estado a vender a la población romana cereal a un precio uniforme y bajo y una ley judicial, que ordenaba el reclutamiento de los jueces de los tribunales sólo entre ciudadanos que no perteneciesen al orden.
Cayo Graco llevó a cabo reformas importantes de carácter constitucional como la lex de Provínciís consularibus (que obligaba al Senado a determinar con antelación los comicios electorales cuáles habrían de ser las provincias senatoriales y pretorias) y una lex militaris, que eximía a los menores de 17 años de prestar el servicio militar.
La oligarquía senatorial, impotente ante la transformación en leyes de estos proyectos, encontró finalmente momento y el medio de deshacerse de un tribuno tan peligroso para sus intereses. En 122 a. C., cuando Cayo Graco se encontraba en Cartago, el tribuno de la plebe Marco Livio Druso, presentó una serie de proyectos demagógicos que logró enrarecer el ambiente político al regreso de Cayo y minar su popularidad.
La Rogatio Sempronia de sociis et nomine Latino, que proponía la ciudadanía a los aliados latinos y el derecho de sufragio a los itálicos fue su último proyecto y desencadenó una violenta oposición senatorial. En el mismo año 122, cuando se iba a discutir la Rogatio Minucia, Cayo preparaba su tercera elección como tribuno de la plebe (cosa inaudita), junto con Marco Fulvio Flaco. Sin embargo, perdieron la elección, y antes que resignarse a ver su programa político detenido por la oposición conservadora, trataron de imponerse por medio de la violencia.
El Senado decretó por primera vez un senatus consultum ultimum que otorgaba poderes extraordinarios a los cónsules Quinto Fabio Máximo y Lucio Opimio para contener los disturbios y restablecer el orden. Flaco y Graco fueron declarados enemigos de la República.
Los últimos seguidores de Graco, refugiados en el Aventino, no pudieron resistir el asalto de las fuerzas consulares. A continuación, 3.000 partidarios de Graco fueron ejecutados y sus propiedades confiscadas. Una serie de leyes promulgadas en los siguientes años, destruyó la obra de los Gracos. Sin embargo, con la quiebra de la fortaleza inmemorial mos maiorum, la política romana nunca volvería a ser la misma. El régimen republicano se vendría abajo por completo antes de un siglo.
Cayo Graco sólo tuvo una hija de su matrimonio con Licinia Crasa. Esta mujer, Sempronia, heredera de la cuantiosísima fortuna de los Gracchi, se casó con Fulvio Flaco. Este matrimonio resultó nuevamente en una única hija, Fulvia, casada en primeras nupcias con Publio Clodio Pulcro en segundas con Cayo Escribonio Curio y en terceras con Marco Antonio.
- Cayo Servilio Glaucia: (m. 99 a. C.), apodado de esta manera por los bellos ojos verdes de su familia, Glaucia fue un político romano, que sirvió como tribuno de la plebe en el 101 a. C. y pretor en el 100 a. C. Muy amigo de Lucio Apuleyo Saturnino, cuando este se presentó para su segundo tribunado consecutivo, indujo a la muerte de uno de los tribunos que se presentaban para asegurar la elección a Saturnino. Era un brillante jurista y legalista.
Cuando intentó presentarse a las elecciones consulares en el 99 a. C., se encontró con otro de los candidatos a las elecciones para el consulado, Cayo Memmio, que le reprochó que su candidatura era ilegal ya que había que esperar dos años desde el pretorado para poder presentarse a cónsul. En un ataque de rabia, Glaucia lo mató y huyo a la casa de uno de sus seguidores, Cayo Claudio, pero cuando se enteró de la muerte de su aliado político y amigo Lucio Apuleyo Saturnino, se suicidó.
Julio César empezó muy pronto a acercarse al partido político «popular». Se ganó el apoyo de la plebe subvencionando fiestas y obras públicas. Y fue acrecentando su prestigio en los diferentes cargos que ocupó: cuestor, edil, gran pontífice, pretor y propretor de la Hispania

De regreso a Roma, Julio César consiguió un gran éxito político al reconciliar a los dos líderes rivales, Craso y Pompeyo, a los que unió consigo mismo mediante un acuerdo privado para repartirse el poder formando un triunvirato.
Al año siguiente, César fue elegido cónsul, y las medidas que adoptó vinieron a acrecentar su popularidad: repartió lotes de tierra entre, aumentó los controles sobre los gobernadores provinciales y dio publicidad a las discusiones del Senado.
El triunvirato fue fortalecido por el Convenio de Luca , que aseguraba ventajas para cada uno de sus componentes; pero respondía a un equilibrio inestable, que habría de evolucionar hacia la concentración del poder en una sola mano. Craso murió durante una expedición contra los partos y la rivalidad entre César y Pompeyo no encontró freno.
Entretanto, César se había lanzado a la conquista del resto de las Galias, que no sólo completó, sino que aseguró lanzando dos expediciones a Britania y otras dos a Germania,. Con ello llegó a dominar un vasto territorio, que aportaba a Roma una obra comparable a la de Pompeyo en Oriente.
El prestigio y el poder alcanzados por César preocuparon a Pompeyo, elegido cónsul único en Roma en medio de una situación de caos por las luchas entre mercenarios. Conminado por el Senado a licenciar sus tropas, César prefirió enfrentarse a Pompeyo, a quien el Senado había confiado la defensa de la República como última esperanza de salvaguardar el orden oligárquico tradicional.
Tras pasar el río Rubicón, César inició una guerra civil de tres años (49-46) en la que resultó victorioso: conquistó primero Roma e Italia; luego invadió Hispania; y finalmente se dirigió a Oriente, en donde se había refugiado Pompeyo. Persiguiendo a éste, llegó a Egipto, en donde aprovechó para intervenir en una disputa sucesoria de la familia faraónica, tomando partido en favor de Cleopatra («Guerra Alejandrina», 48-47).
Asesinado Pompeyo en Egipto, César prosiguió la lucha contra sus partidarios. Vencedor en tan larga guerra civil, César acalló a los descontentos repartiendo dádivas y recompensas durante las celebraciones.
Una vez dueño de la situación, César acumuló cargos y honores que fortalecieran su poder personal: cónsul por diez años, prefecto de las costumbres, jefe supremo del ejército, pontífice máximo (sumo sacerdote), dictador perpetuo y emperador con derecho de transmisión hereditaria. Estableció así una dictadura militar disimulada por la apariencia de acumulación de magistraturas civiles.
Julio César murió asesinado en una conjura dirigida por Casio y Bruto (15 de Marzo de 44 a.C.), que le impidió completar sus reformas.
- Cayo Sempronio Graco: Cayo Graco recibió una esmerada educación bajo la influencia de su madre y el griego Menelao de Marathe, destacando sobre todo por sus cualidades oratorias.
Inició su carrera política sirviendo como Tribunus Militum en el 134-132 a. C., durante la Guerra contra Numancia, a las órdenes de su pariente, y más tarde enemigo, Publio Cornelio Escipión Emiliano, al tiempo que su hermano Tiberio. Sempronio Graco desempeñaba el puesto de Tribuno de la Plebe, desarrollando las medidas de reforma agraria. Durante el asedió de Numancia, su hermano lo llamó para formar parte de la comisión de reparto de tierras. Así, en el año 133 a. C. fue elegido miembro de la comisión agraria. Ese mismo año Tiberio moría. A los 22 años, Cayo Sempronio Graco se convirtió en heredero político de su hermano y propietario del inmenso pa

Defendió públicamente a Vetio en relación con las persecuciones de los partidarios de su hermano Tiberio (132 a. C.), apoyando poco después el proyecto del tribuno Papirio Carbón.
Cayo fue nombrado cuestor del cónsul Lucio Aurelio Orestes en Cerdeña en el 126 a. C., isla en la que permanecería como procuestor en 125-124 a. C. Las acusaciones - formuladas contra él por la oposición senatorial-, resultaron completamente inútiles. En 123 a. C. fue elegido Tribuno de la Plebe y continuó los proyectos políticos que Tiberio no pudo llevar a cabo, introduciendo algunas reformas agrarias.
Entre sus primeros proyectos de ley destacan:
- La lex ab actis por la cual un magistrado destituido por el pueblo quedaba excluido para investir cualquier otra magistratura, en un intento de mejorar las condiciones de la acción tribunicia contra la voluntad de la mayoría senatorial.
- La lex de capite civis propuso llevar a juicio a quien hubiese hecho ajusticiar a ciudadanos sin habérseles permitido apelar al pueblo (el caso de su hermano).
- La lex ne quis iudicío circunveniatur, muy relacionada con la anterior, preveía el encarcelamiento de todo magistrado que interfiriese para lograr la condena de un inocente.
Pero sus tres grandes leyes, votadas en el 122 a. C. fueron sin duda la ley agraria, por la que se volvía a dotar a la comisión triunviral de sus poderes, la ley frumentaria que obligaba al Estado a vender a la población romana cereal a un precio uniforme y bajo y una ley judicial, que ordenaba el reclutamiento de los jueces de los tribunales sólo entre ciudadanos que no perteneciesen al orden.
Cayo Graco llevó a cabo reformas importantes de carácter constitucional como la lex de Provínciís consularibus (que obligaba al Senado a determinar con antelación los comicios electorales cuáles habrían de ser las provincias senatoriales y pretorias) y una lex militaris, que eximía a los menores de 17 años de prestar el servicio militar.
La oligarquía senatorial, impotente ante la transformación en leyes de estos proyectos, encontró finalmente momento y el medio de deshacerse de un tribuno tan peligroso para sus intereses. En 122 a. C., cuando Cayo Graco se encontraba en Cartago, el tribuno de la plebe Marco Livio Druso, presentó una serie de proyectos demagógicos que logró enrarecer el ambiente político al regreso de Cayo y minar su popularidad.
La Rogatio Sempronia de sociis et nomine Latino, que proponía la ciudadanía a los aliados latinos y el derecho de sufragio a los itálicos fue su último proyecto y desencadenó una violenta oposición senatorial. En el mismo año 122, cuando se iba a discutir la Rogatio Minucia, Cayo preparaba su tercera elección como tribuno de la plebe (cosa inaudita), junto con Marco Fulvio Flaco. Sin embargo, perdieron la elección, y antes que resignarse a ver su programa político detenido por la oposición conservadora, trataron de imponerse por medio de la violencia.
El Senado decretó por primera vez un senatus consultum ultimum que otorgaba poderes extraordinarios a los cónsules Quinto Fabio Máximo y Lucio Opimio para contener los disturbios y restablecer el orden. Flaco y Graco fueron declarados enemigos de la República.
Los últimos seguidores de Graco, refugiados en el Aventino, no pudieron resistir el asalto de las fuerzas consulares. A continuación, 3.000 partidarios de Graco fueron ejecutados y sus propiedades confiscadas. Una serie de leyes promulgadas en los siguientes años, destruyó la obra de los Gracos. Sin embargo, con la quiebra de la fortaleza inmemorial mos maiorum, la política romana nunca volvería a ser la misma. El régimen republicano se vendría abajo por completo antes de un siglo.
Cayo Graco sólo tuvo una hija de su matrimonio con Licinia Crasa. Esta mujer, Sempronia, heredera de la cuantiosísima fortuna de los Gracchi, se casó con Fulvio Flaco. Este matrimonio resultó nuevamente en una única hija, Fulvia, casada en primeras nupcias con Publio Clodio Pulcro en segundas con Cayo Escribonio Curio y en terceras con Marco Antonio.
- Cayo Servilio Glaucia: (m. 99 a. C.), apodado de esta manera por los bellos ojos verdes de su familia, Glaucia fue un político romano, que sirvió como tribuno de la plebe en el 101 a. C. y pretor en el 100 a. C. Muy amigo de Lucio Apuleyo Saturnino, cuando este se presentó para su segundo tribunado consecutivo, indujo a la muerte de uno de los tribunos que se presentaban para asegurar la elección a Saturnino. Era un brillante jurista y legalista.
Cuando intentó presentarse a las elecciones consulares en el 99 a. C., se encontró con otro de los candidatos a las elecciones para el consulado, Cayo Memmio, que le reprochó que su candidatura era ilegal ya que había que esperar dos años desde el pretorado para poder presentarse a cónsul. En un ataque de rabia, Glaucia lo mató y huyo a la casa de uno de sus seguidores, Cayo Claudio, pero cuando se enteró de la muerte de su aliado político y amigo Lucio Apuleyo Saturnino, se suicidó.
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